Con el internét ahora se te educan solos…

Realmente los padres y educadores están perdiendo el tiempo de la manera más miserable posible.
¿Porqué intentamos educar a nuestros niños si total existen cosas como Youtube, Wikipedia, Google, etc? ¿De qué sirve realmente si a la primera de cambio los niños se acercan a una terminal de ordenador y ven cómo alcanzar los quince minutos de gloria realizando carreras ilegales, fabricando bombas, descargando cual ladrones pérfidos películas o apelando a los compañeros de clase mientras se graba la agresión con un celular?
Es hora de tomar el camino directo y atajar el problema. Si educar no vale para nada porque existe Internet, dediquemos nuestros esfuerzos a atajar aquello que crea el problema que ha creado la tecnología, no lo que nosotros hagamos con ella.
Acabemos con Internet que posibilita que existan cosas como Youtube, acabemos con Youtube que permite que cualquiera se haga famoso con cuatro minutos y una cámara de video, acabemos con los celulares que permiten grabar video, y también fotografías. Acabemos de paso con las cámaras de fotos digitales, todas, las que hacen fotos de mujeres semidesnudas en la playa que luego se ponen en Internet. Cerremos todos los blogs en los que cualquier niño se permite el lujo de opinar sobre cualquier cosa sin más criterio o mesura que la que él mismo se cree tener ¡y sin posibilidad de un editor que controle lo que publica!
Tantos problemas se solucionarían eliminando ahora mismo todo avance tecnológico en telecomunicaciones… Porque no crean que con acabar de un plumazo con Internet basta. Hay que acabar con los teléfonos, con la televisión, con los cines, con el teléfono; todas formas primitivas y precursoras de la tecnología actual diseñada para satisfacer los egos de personas que son egocéntricas sólo por la propia existencia de la tecnología. No crean que son así porque en parte hayamos educado mal admirando a los famosos, no porque antepongamos nuestro ocio a las inquietudes de los jóvenes a los que ignoramos. No se confundan para nada. La culpa, como decía Homero Simpson, es de todo y todos menos nuestra.